ABRIR EL BAUL


Hoy en una recorrida por San Telmo, entré a un negocio de antiguedades (obvio), y me detuve en puesto de juguetes antiguos. Era como abrir el baúl de los recuerdos de mi infancia. Si bien tengo muchos juguetes de mi niñez, me encontré con otros que ya ni recordaba. Y estaban ahí, esperándome... El Ludo Matic, un Topo Gigio gigante, Los Temerarios, El Batimóvil (de lata), Los Pocketers... es increíble como un objeto puede transportarte y conmoverte al instante. ¡Y hasta tenían el mismo olor! Será que la infancia es una etapa que pasa tan rápido, que uno ni se da cuenta pero queda todo grabado a fuego. Abrir el baúl, abrir el corazón, abrir puertas que cerramos hace años nos sirve para darnos cuenta quiénes somos hoy. Muchos prefieren borrar el pasado, pero borrar el pasado es perder la esencia. Recuperar la visión de un niño en cambio es creer que todo es fantástico y real. Gigante y pequeño. Inalcanzable y posible. Si anulamos nuestra imaginación y no perseguimos nuestros sueños perdemos la capacidad de proyectar nuestra vida y caemos en la chatura de ser un adulto que pasa por un anticuario, mira y sigue de largo creyendo que el Topo Gigio es sólo un descolorido muñeco de plástico.

Comentarios

ceci a. ha dicho que…
También somos lo que hemos perdido.
Qué lindo Cris.

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