MANOS A LA OBRA
siempre me pregunto porque lo bueno dura poco. una fiesta. las vacaciones. un sentimiento. pareciera que fuimos hechos para vivir instantes. y después pasa a ser un recuerdo. lo bueno se transforma en descartable, desaparece, se esfuma, se desvanece y queda un hueco. la felicidad no se planifica, se vive ya. será cuestión de tapar huecos, rellenarlos, revocarlos y dejar la superficie lisa hasta chocar con otro BUEN MOMENTO. ya para ese MOMENTO seremos experimentados albañiles.
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Y también creo que las malas rachas ayudan a que uno aprenda a disfrutar esos momentos, a pleno.
Un beso